Un día de trekking es la mejor opción para conectarse con la naturaleza y recuperar energías. Para que el equipo esté acorde al desafío, hay algunos consejos a tener en cuenta a la hora de preparar la mochila.

Aún en paseos cortos, hay elementos que conviene tener al alcance de la mano: alimento, agua, prendas de ropa impermeable y de abrigo, un gorro, lentes de sol y tal vez la cámara de fotos y el celular (los más aventureros sumarán su GPS y navaja).

Antes de guardar otros objetos, es recomendable evaluar si serán realmente necesarios: con menor peso el rendimiento físico es mayor. Algunos modelos de mochilas ultralivianas de alta resistencia ( nuestra línea Feather Weight Technology) son especialmente aptos para estas actividades.


El espaldar (1) es el elemento principal de toda mochila. Es importante que se adapte correctamente al torso, con cinchas de compresión en la cintura (2) y en el pecho (3) para mantenerla estable y tiras acolchadas (4) para un mejor apoyo sobre los hombros. Buscando equilibrar la ubicación de los objetos más pesados se evitan malas posturas e inclinaciones incómodas.

Si nos encontramos con lluvia a mitad del paseo, es útil contar con un cubremochila para impermeabilizar y proteger el equipo. Los resultados son óptimos si este cobertor, que viene incluido en las mochilas especiales para trekking y montaña, tiene costuras termoselladas que eviten filtraciones.

Para no tener que sacar el contenido completo de la mochila cada vez que se necesita un objeto, no olvide acomodar el equipaje de acuerdo a la frecuencia y orden en que precisará cada elemento.

El bolsillo de la tapa (5) es el mejor lugar para objetos delicados, y aquellos modelos con compartimientos de red (6) en los laterales, cinchas porta equipo (7) y cordón elástico (8) en el frente ofrecen mayores posibilidades para acomodar de forma práctica mapas, cámaras de fotos, botellas de agua o receptores GPS.

Ref. imagen: Mochila Gravity