¿Qué es lo primero que pensamos tras una carrera? Descansar. Pero este no fue el caso de Sam Robson, un inglés que tras una maratón en Londres el pasado mes de abril, se fue corriendo 159,33 kilómetros que lo separaban de su casa.

Robson es un investigador médico de 28 años, y completó ésta maratón para recaudar fondos para la UK Epilepsy Society. El intrépido maratonista es epiléptico desde que era un adolescente, y logró recaudar más de $5.000 dólares para su causa.

«Tuve que parar para recargar agua y cada vez que lo hacía mis piernas se agarrotaban, así que no podía detenerme por mucho tiempo. En términos de agotamiento, mis piernas se sintieron bien, pero fue difícil comer para reemplazar las calorías que iba perdiendo», contó Robson tras su gran hazaña.

Completó la primera carrera en 3 horas y 45 minutos, pero la segunda le llevó 25 horas. En total corrió 201,17 kilómetros en 29 horas, con un promedio de 6,9 Km. por hora. Tras cumplir con su objetivo, llegó finalmente el momento de descansar.

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