Perros que salvan vidas
Balto, sinónimo de resistencia, fidelidad e inteligencia (1922-1933)
En el año 1925 las personas de Nome, un pueblo de Alaska, estaban pasando un duro momento tras un fuerte brote de difteria (enfermedad infecciosa aguda epidémica). La vida de estas personas dependía de la llegada de suero, pero el clima hacía imposible el camino para los vehículos automotores y los aviones por las fuertes tormentas. Como último recurso las autoridades optaron por trineos de perros Siberian Husky.
Bajo un clima de frío extremo, grandes riesgos, tormentas, una visibilidad casi nula y temperaturas por debajo de los -50°C, Gunnar Kaasen y los Husky, emprendieron el camino hacia Nome llevando el suero necesario.
El equipo de trineo liderado por Balto llegó antes de lo planeado recorriendo 1.085 kilómetros, aportando nueva vida a un pueblo que agonizaba.
Años después de estos hechos, un periodista descubrió que los perros del equipo se encontraban en malas condiciones y se organizó una movilización para llevarlos al Zoológico de Cleveland, donde culminaron sus años felizmente.
Hoy en día se considera a este grupo de perros unos héroes y una estatua de Balto está ubicada en Central Park, en New York con una placa que dice “Resistencia – Fidelidad – Inteligencia”.