Un refugio improvisado
Cuando nos embarcamos en una aventura, los accidentes son una variable que siempre está presente. Antes de asustarnos, lo mejor es tomar las precauciones necesarias y prepararnos para saber afrontar cualquier inconveniente.
En caso de que uno de nuestros compañeros de camino tenga un problema y debamos inmovilizarlo para esperar ayuda profesional, es bueno saber improvisar un refugio para mantenerlo seguro y cómodo.
Necesitás:
• Cuatro mantas térmicas
• Una soga
• Ganchos o mosquetones
• Hojas secas
Instrucciones
- El primer paso es allanar el suelo e improvisar un colchón con ramas y hojas secas. Esto impedirá que la humedad del suelo se traspase a la persona.
- Tapar con una de las mantas térmicas.
- Amarrar una soga una altura de no más de 80cm. por sobre el suelo allanado, para poder colocar sobre ella otras dos mantas térmicas, formando una pequeña carpa.
- Aseguralas con piedras en los extremos para que no se muevan, y colocá ganchos o mosquetones en la parte superior para ajustarlas a la soga.
- Ayudá a tu amigo herido a recostarse dentro y mantenelo cómodo e inmóvil hasta que llegue la ayuda profesional, cobijado con la manta restante.